Muchos de nosotros hemos incluido el término start-up de manera desapercibida en nuestro vocabulario diario y, a pesar de sus diversas definiciones, podemos resumir sus características más importantes a tres: es una empresa cuyo modelo de negocio contiene ideas muy innovadoras, tiene una fuerte relación con la tecnología y se proyecta a tener un rápido crecimiento. Sin embargo, debido a encontrarse en una etapa temprana no cuenta con los recursos necesarios para acceder a financiamiento a través de bancos u otras entidades financieras, es por eso que los emprendedores centran su búsqueda en encontrar inversionistas interesados en levantar el capital de la start-up a cambio de un porcentaje de participación en la misma.
De esta manera, surge la figura del Simple Agreement for Future Equity (SAFE), o acuerdo simplificado sobre acciones futuras. El SAFE es un contrato entre un inversionista y una empresa, donde el inversionista desembolsa un monto a favor de la start-up a cambio de que en un futuro obtenga una participación en su capital social. Sin embargo, como lo mencionamos, el inversionista recibirá las acciones en el futuro ya que su entrega se encuentra sujeta al cumplimiento de las condiciones pactadas por las partes.
Por ejemplo, se puede pactar que el inversionista reciba las acciones cuando la start-up realiza una ronda de financiamiento donde se acuerda una valorización, o cuando la empresa realiza transacciones destinadas a levantar capital, otra condición posible es que se venda todo o parte de la start-up, que haya un cambio de control, o lo que ocurra primero. Además de las condiciones, las partes tendrán que negociar dos puntos importantes llamados el “cap” y el “descuento”.
El cap es un mecanismo para premiar y proteger a las personas que se arriesgaron a invertir, sindo un techo en el valor de la start-up. En otras palabras, el cap es un valor máximo en soles o dólares que sirve para determinar el precio de conversión del SAFE, permitiendo al inversionista convertir su inversión en acciones por un menor precio que el que pagarán los nuevos inversionistas. Por otro lado, el descuento es un porcentaje que se aplicará sobre el precio de la acción en caso haya una nueva ronda de financiamiento.
Por supuesto, el SAFE es un excelente instrumento de financiamiento, no obstante, tómese en cuenta que tiene ventajas y desventajas que a cada parte le corresponde evaluar.
Dentro de las ventajas podemos destacar que no es un instrumento de deuda y, por ende, no tiene que ser registrado como pasivo de la empresa. Además, no genera intereses debido a que es una opción de suscripción de acciones pagada anticipadamente. El SAFE no tiene fecha de vencimiento, por lo tanto, no se perderá tiempo en negociar o renegociar sobre cada punto de la inversión. Las partes pueden pactar que en caso la empresa cese las operaciones o se le inicie un procedimiento concursal, el monto invertido (sin intereses) será devuelto al inversionista.
Como desventaja se debe alertar a las partes cómo la suscripción de un SAFE puede dificultar las rondas de financiamiento en etapas avanzadas de la start-up. Es posible que los inversionistas iniciales no tengan oportunidad de negociar la valorización de la empresa cuando esta se realiza en etapas posteriores a su cliclo de vida. El inversionista tiene que elegir entre usar el cap y el descuento, no siendo posible usar ambos a la vez.